Explorando la narrativa del Boom

Autora: Marimar González.

[divider]Hablar del Boom hispanoamericano nos remonta al impacto narrativo de los años 60, causado por las cualidades literarias de excelentes escritores cuyas obras se difundieron a nivel internacional. Probablemente, la creación simultánea y sucesiva de novelas o relatos, el apoyo editorial de España y un público lector entusiasta y consecuente influyeron en este notable avatar de las letras del siglo XX.
[divider]En esa década, varios escritores despertarían la atención general por la originalidad de la estructura de sus obras, la riqueza de contenidos y la audacia de sus deslumbrantes recursos narrativos. Voy a referirme a los textos que más me han atrapado en mi rincón de lectura, aunque la profusión de relatos y novelas excelentes con iguales méritos supera esta breve propuesta de análisis.
Un recurso frecuente entre las novelas del  Boom es el ”flashback” que permite conectar distintos tiempos y espacios. ¿Cómo no recordar en la “La muerte de Artemio Cruz”, del novelista mexicano Carlos Fuentes, esa insólita oración: “Cruzaban el río a caballo”…, que parece fuera de contexto?  Estas palabras inesperadas se repiten más adelante sin aparente relación con lo que se está contando. [divider]No obstante, reverberan como leitmotiv  para destacar desde el presente un instante trágico y trascendente del pasado del protagonista, que sólo llega a interpretarse totalmente al final de la obra
[divider]Para los lectores acostumbrados a relatos tradicionales, la desaparición del narrador único, espectador u omnisciente puede provocar cierta dispersión en la lectura y comprensión de texto. Sin embargo, la historia contada desde varios puntos de vista ofrece un atractivo más para el lector, que puede balancear las distintas pistas incorporadas por los personajes en su papel de narradores. Un claro ejemplo de esta técnica es “Crónica de una muerte anunciada”, novela posterior (1981), de un prestigioso representante del Boom,  el escritor colombiano Gabriel García Márquez, que nos hace reconocer indicios, semejanzas y diferencias en los diversos testimonios de un crimen, a través de la perspectiva múltiple en el relato de distintos personajes.
[divider]En el cuento “La noche boca arriba” de Julio Cortázar los mundos del motociclista y del moteca se proyectan en circunstancias distintas que guardan, sin embargo, cierta analogía. El primero cae de su moto en una calle arbolada, al tratar de esquivar a una mujer que se cruza en el camino; el segundo huye de la persecución de los aztecas durante la guerra florida por una calzada lindante con la selva. He resaltado arriba con color el comienzo de dos palabras por la igualdad de sus letras, ya que serán otra señal más que apunta desde la morfología hacia la interpretación de la obra. También son claves para tener en cuenta las correspondencias entre los ámbitos del hospital y el teocali, el parque, la avenida arbolada y la selva, el cirujano y el sacerdote azteca con los objetos brillantes (bisturí o cuchillo) que ambos sostienen en sus manos, la enfermera rubia que asiste al motociclista y el amuleto de la diosa del maíz, benefactora del pueblo moteca. La mujer parece así representar la entidad protectora o tutelar en ambos planos, tal vez como reflejo de la adolescencia de Cortázar bajo la mirada entrañable de su madre. Asimismo es reveladora la posición boca arriba del motociclista en la camilla que se repite cuando los acólitos trasladan al prisionero desde la mazmorra, y esta actitud de indefensión se relaciona además con otros cuentos del autor como “Final del Juego” y el personaje de Leticia.”
[divider]Por otra parte, el pasaje de un plano a otro se acompaña de juegos de luces y sombras como el oscurecimiento de la lámpara violeta o de los vitrales, que se corresponden con el humo de las antorchas y la noche en el plano del pasado,  a la manera de cortinas cinematográficas o técnicas para desvanecer la imagen. Los sabores agradables del caldo y el agua mineral en el hospital contrastan con el áspero sabor de sal y sangre durante la fuga; los olores se contraponen en un sugestivo juego de opuestos: el olor dulzón del incienso o la fetidez que se infiere por la cercanía del pantano o las marismas se contraponen al gratificante aroma de las verduras. Hay cierta indeterminación desde el comienzo para identificar al personaje (…)”como para ir pensando, no tenía nombre” (…) o para mostrar su entorno, (…) las cosas tenían un relieve como de gemelos de teatro” (…) Esa intención deliberada de difuminar las escenas puede relacionarse con la escenografía vaporosa de un sueño, motivo generador del relato, o bien, con la voluntad del autor de acrecentar el suspenso para sorprender con el estremecimiento final.
[divider]La inversión de la realidad se da desde el título “La noche boca arriba”, porque el plano del presente que el lector toma en un primer momento como  verdadero resulta ser el sueño y la terrible verdad surge desde el plano del pasado, con la huida del moteca, su captura y la fatalidad de su destino. Puede observarse aquí una fuerte proyección simbólica hacia lo trágico que define la esencia humana en el devenir de la existencia. Los registros lingüísticos, por otra parte, también cambian del nivel culto del narrador al coloquial en breves hemidiálogos que representan a un hablante argentino del siglo XX. En fin, la morfología, los rasgos polifónicos con incorporación de recursos de la pintura o del cine se combinan con lo estrictamente literario.
[divider]Como antecedentes en la simultaneidad de historias, lugares y sucesos recuerdo la trilogía “Los caminos de la libertad”, del filósofo francés, Jean Paul Sartre, que data de los años que siguieron a la segunda guerra mundial a mediados de la década del 40. Y si hablamos de cortes de linealidad, en el mismo Quijote se incluyen narraciones breves como “El curioso impertinente”, “El capitán cautivo”, las peripecias de Marcela, los amores de Dorotea o de Luscinda, que se entrecruzan y detienen momentáneamente la aventura itinerante del Quijote y su escudero para interpolar otras historias que son narradas desde la perspectiva de alguno de los personajes secundarios.
[divider]Alejo Carpentier en ”Viaje a la semilla” tiende misteriosamente al revés el hilo narrativo del relato con impecable virtuosismo verbal. Este recurso me hace pensar en la película “El curioso caso de Benjamin Button”, basada en la obra de F. Scott Fitzgerald, en la cual el protagonista nace con el cuerpo de un anciano y con el paso del tiempo va rejuveneciendo. Si bien la inversión de la linealidad y la simultaneidad de historias crean tramas complejas, el lector atento podrá sortearlas como un desafío y un juego activo sobre el texto y sus claves.
[divider]Después de las guerras de la independencia, las relaciones comerciales  con Inglaterra y Norteamérica influyeron en las condiciones de vida de América Latina, y el apoyo económico de estos  países originó endeudamientos y dependencia, consecuencias negativas por falta de justas condiciones de trabajo, dificultad para el ascenso social, indigencia y frustración: temas que palpitan intensamente en la narrativa del Boom. Ciertos críticos consideran que  el pueblo de Macondo en “Cien años de soledad” es una proyección alegórica del drama de Latinoamérica, desde las culturas precolombinas hasta su alarmante empobrecimiento económico. En esta obra se ilustra el tema con la historia de la familia Buendía, y la incidencia de los conflictos sociales, económicos y políticos, en un ámbito donde confluyen lo trágico, lo humorístico, lo lúdico, lo real y lo maravilloso como expresión auténtica del Realismo Mágico. [divider]Esta corriente literaria, presente en el Boom, se proyecta por la influencia del pensamiento mágico de las culturas precolombinas, además de las creencias y costumbres que se incorporaron durante el colonialismo con el tráfico de esclavos. Realidad y fantasía aparecerán en la novela a través de mitos, leyendas, prodigios y supersticiones. También surgen motivos irracionales, oníricos y simbólicos que provienen del Surrealismo, como pueden apreciarse en ”La noche boca arriba” de Cortázar y en “Las ruinas circulares” de Borges.
[divider]Los motivos simbólicos también están presentes en las obras de este último escritor, por ejemplo, el laberinto que puede connotar los enigmas del universo; las bibliotecas que sugieren el infinito, la imposibilidad de alcanzar la totalidad del conocimiento; también se señalan analogías entre muerte y sueño o realidad y sueño (“Las ruinas circulares”); el espejo en “El Aleph”  puede ser el centro de conjunción del universo, capaz de reflejar todo lo creado y en otros relatos la duplicación de ámbitos y personajes.
Cortázar presenta “Rayuela” con la técnica de collage, sugiriendo lecturas diferentes de la novela, además de la polifonía ya señalada y el metalenguaje. Vargas Llosa muestra a veces alteraciones en el vocabulario o la sintaxis y ambientes opresivos y simbólicos en oposición a la libertad del mundo exterior en “La ciudad y los perros” y “La casa verde”.
[divider]Para concluir esta exploración corresponde señalar que, con el aporte de los escritores del Boom, la estructura del relato sufre profundos cambios en el punto de vista por la alternancia de narradores; por otra parte, en el discurso se incluyen el monólogo interior, la variación de registros, la polifonía y el estilo indirecto libre. En cuanto a la historia narrada sorprende con la ruptura de la linealidad, la superposición espacio-temporal y el paralelismo en personajes, acciones y objetos.  La lengua se enriquece con el Realismo Mágico por el aporte de americanismos, cambios en la puntuación y la sintaxis; y, finalmente, descubrimos que en los contenidos emergen los problemas sociopolíticos y económicos latentes en América latina.